Hoy es el último día del año 2018 y voy a hacer balance, lo podría hacer cualquier otro día pero parece que este invita a ello. Nos solemos dar cuenta de que ha pasado un año cuando se acercan las campanadas, nos felicitan por el cumple o alguna otra fecha cíclica. Y la realidad es que el resto de los días también ha pasado un año y el tiempo corre. ¡Quiero vivirlo plenamente!
Cuando miro este año hacia atrás me da la sensación de que no he hecho nada. Cuando miro más detenidamente me doy cuenta de que he hecho unas cuantas cosas. Claro que a mi juez le parecen pocas y de poca importancia. Siempre machacando.
Está bien de vez en cuando hacer balance y buscar metas. Tener el objetivo en mente cada día es una de las cosas que hace a la gente más «productiva» y espero que también más feliz. Ya que se acercan más a sus metas. Si es que las tienen.
Entonces, a buscar los objetivos para este próximo año. Y sobre todo, tenerlos en mente cada día que nos levantamos.
Seguir mi propio camino
Me gustaría destacar que siento que voy dirigiéndome a algo. Parece todo muy disperso, no estoy segura de que no me despiste por el camino pero creo que voy encontrando foco. Es un foco amplio, no como el que me cuentan pero me gusta y es mío. Hay cantidad de disciplinas que me interesan y estudio. Quiero quitarme el miedo a perderme o no llegar a…algún sitio. Supongo que este “algún sitio” es un concepto erróneo que se fundamenta en lo que los demás piensen de mí. Que este sea un reto para este próximo año.

¿Qué mostrar?
La felicidad está aquí con nosotros, solo depende de nuestra actitud. Y está bien no perder de vista los objetivos reales y tratar de alcanzarlos. Me encuentro muchas veces comparandome y buscando los objetivos que ha alcanzado otro a través de las redes. Y duele. Es una desviación en el camino. Quiero compartir sin miedo, pero no de más, ni de forma falsa. Este es uno de las intenciones del año. Reflexionar sobre compartir o exhibirse en las redes sociales. Quiero formarme una opinión propia de lo que es y quiero que sea. Estructurar los contenidos y adquirir un compromiso.

Creer
Confiar en el universo y creer en mí.
Muchas veces una nube negra se me pone en la cabeza. En esos momentos intentaré recordar que el fluir es la mejor manera de salir de la espesura. Verme como una molécula de agua en un rio. Y esa molécula es importante, grande, y cumple una función única.
Feliz año a todo y que sigamos nuestro camino con valentía.
Este año sigo al conejo de la suerte.